Los lugares más atractivos de Viterbo
La provincia de Viterbo está ubicada en la región de Lazio y en más de una ocasión ha sido excluida del circuito turístico a pesar de sus joyas arquitectónicas e históricas.
La provincia de Viterbo está ubicada en la región de Lazio y en más de una ocasión ha sido excluida del circuito turístico a pesar de sus joyas arquitectónicas e históricas.
Sin lugar a dudas, la capital Roma es la ciudad más visitada de toda Italia, la fuerte atracción que ejerce esta histórica ciudad hace que los viajeros no presten atención al resto de zonas que localizan repartidas por el resto de la región. Más allá de la bella Roma, un total de cinco provincias son las que conforman la región de Lazio: Roma, Latina, Rieti, Frosinone y Viterbo. Esta última es el objeto de este artículo con la finalidad de descubrir los lugares con más encanto de esta provincia ubicada al norte de la región. Sin Viterbo, no podría entenderse el origen de Italia, ni de todo el Imperio Romano. Sus colinas, pueblos medievales, castillos, historia, paisajes y gastronomía son capaces de atraparte por completo.
La ciudad de Viterbo
La ciudad que lleva el mismo nombre que la provincia, antiguamente era conocida como la Tuscia Romana, cuyo origen se remonta al dominio etrusco en Italia. Esta localidad ubicada a hora y media en tranporte de Roma, de un promedio de 60.000 habitantes, cuenta con algunos lugares de interés.
La primera recomendación, una vez nos hayamos detenido en Viterbo, es dejarnos llevar por las calles adoquinadas tan características del país, que conforman uno de los conjuntos medievales mejor conservados de esta parte del centro de Italia. Una vez iniciado el recorrido, una de las primeras paradas es en el Palazzo dei Papi (Palacio de los Papas), lugar que se convirtió durante 24 años, desde 1257 hasta 1281, en la residencia del máximo representante de la Iglesia Católica debido a la hostilidad y a la constante violencia que se daba en Roma. Durante aquellos años, la sala más famosa del palacio, la Sala del Cónclave, fue testigo de la elección de cinco papas más, después de Alejandro IV que fue el primero que decidió convertir la ciudad en su vivienda habitual. Por este motivo, Viterbo también es conocida como “la ciudad de los Papas”.
A pocos pasos de este edificio, está ubicado el duomo, también llamado Catedral de San Lorenzo, de origen románico y construida, según cuenta una leyenda, sobre un templo etrusco dedicado a Hércules. Continuando con el recorrido, llegaremos hasta la Piazza dei Pleibiscito. Aquí se alzan el Palazzo dei Priori y el Palazzo Comunale. Dando algunos pasos más, podremos apreciar el Palazzo Farnese, la Chiesa di San Maria Nuova o el Palazzo degli Alessandri.
Vale la pena viajar más allá hasta llegar a Villa Lante, una de las villas ajardinadas construidas en el siglo XVI más conocidas de toda Italia, sin contar el Jardín de Bomarzo. Construida por Giacomo Barozzi da Vignola para el cardenal Giovanni Francesco Gambara conforma un reducto de paz y tranquilidad donde podrá encontrarse una calma absoluta, solo interrumpida por el sonido del agua de las fuentes o de los pájaros en la extensa vegetación.
Cuando el hambre comience a apremiar, podemos regresar al centro histórico para deleitarnos con la verdadera y deliciosa propuesta culinaria de la zona. Conocida como gastronomía viterbersa, gracias a su posición geográfica en el centro de Italia se crea una combinación de sabores romanos junto con los platos de la Toscana y de Umbría. Su plato estrella es la acquacotta, elaborada originalmente con pan casero de trigo duro, verduras del campo, aceite de oliva y sal. Según la zona se duelen añadir unos ingredientes u otros para otorgar mayor riqueza al plato.
Civita di Bagnoregio
Dejando atrás la ciudad de Viterbo, puedes llegar a una de las joyas medievales más espectaculares de toda Italia. No es conocida por muchos y es ahí donde radica parte de su magia. Civita de Bagnoregio se localiza a media hora en carro de Viterbo. Llamada con la intención de atraer al turismo como “il paese che muore” (la ciudad que muere), fue fundada por los etruscos hace más de 2500 años. Su singularidad se percibe desde el primer momento en que se fija la vista en ella. Un pueblo levantado en lo alto de un burgo al que solo se puede acceder por una pasarela construida por el ser humano, que si no se cuida está destinado a desaparecer debido a la erosión de la colina y al paso del tiempo. De ahí su nombre il paese che muore. Son muy pocos los habitantes que residen todo el año en Civita di Bagnoregio, unos 10 aproximadamente.
Parque de los monstruos en Bomarzo
Nombrado oficialmente como el Bosque Sagrado de Bomarzo, es conocido como “el parque de los monstruos” por la peculiaridad del lugar, que fascina y aterra por partes iguales desde el primer momento en el que se pone un pie en él. Es un particular jardín de las maravillas creado en forma de laberinto con numerosas estatuas de seres mitológicos y grandes monstruos de piedra que parecen que de un momento a otro vayan a cobrar vida. Estos están acompañados de una abrupta vegetación con alguna que otra fuente. Este bosque fue creado hace más de 500 años por el arquitecto y paisajista Pirro Ligorio para el príncipe Pier Francesco Orsini.