Casas de barro sobre suelos sin asfaltar: Así es la turbadora Bamako

Ignorada fuera de África, Bamako se presenta como uno de los destinos turísticos más atractivos del continente negro. La peculiaridad de su arquitectura, caracterizada por el alineamiento de humildes casas de barro en suelos sin asfaltar contrasta con el ajetreo callejero de sus gentes. Aunque también cuenta con otros puntos de interes...

Bamako - Mali
Las calles de Bamako, Mali
Foto cortesía de Alexbip - Flickr.com

El curso natural del caudaloso río Niger conduce a cualquier visitante que se precie de conocer el continente negro al peculiar y turbador destino de Bamako, al sur del Sahara. La capital de Mali, con barrios llenos sin asfaltar, llama la atención del turista por su sencilla arquitectura dispuesta sobre un laberinto de casas amarillas de barro, suelo de arena y caminos rodeados de árboles. La parquedad constructiva sólo llega a romperse gracias el elevadísimo minarete de la mezquita de Hamdalaye, algún edificio ministerial, la catedral católica o la sede del Banco Central Africano. Es ahí donde se manifiesta la influencia edificia del pasado colonial francés. Ahora, la moderna torre BCO es el inmueble más alto de la ciudad. Las muchedumbres y el gentío abarrotan las esquinas y los puestos de venta del mercado de forma desordenada y caótica. El bullicio invade las calles y reclama el interés del viajero. Se dice por aquí que Bamako es la sexta ciudad más rápida del mundo. Ante este curioso panorama, una de las mejores actividades pasa por ir de shopping, aunque sea de forma tradicional y sosegada para adquirir productos de artesanía. Lo mejor es moverse por todoterreno. Aún así, la urbe africana continúa siendo una gran desconocida.

La Gran Mezquita de Bamako se convierte en el vértice desde el que se configura el trazado de toda la ciudad. Construida gracias a la gentil economía de Arabia Saudita, cuenta con dos excelsos minaretes que dominan, como enorme mirador, el territorio africano de tonos ocres que se extiende a sus alrededores. No es éste el único foco de interés de Bamako. En la capital de Mali también cobra interés de ser visitados el Centro cultural francés, el Museo de la mujer, la Biblioteca Nacional, el Palacio de la cultura Amadou Hampaté Ba, la Casa africana de la fotografía o el Museo Nacional del país.

Otro lugar que no hay que dejar de apreciar es Point G, un observatorio de reconocida fama desde el que se puede avistar una bella panorámica de toda la urbe junto al rico patrimonio de flora y fauna que alberga la misma, rocas y cuevas pintadas. La avenida du Fleuve y la plaza de la Liberté son dos de las principales arterias ciudadanas de Bamako, que unido al bulevar du Peuple y la avenida van Vollenhoven configuran el centro neurálgico de la urbe por donde se diseminan los más destacados edificios civiles y monumentos, entre los que sobresalen los dedicados a la Independencia y la Paz y el de Al Quoods. También existe un zoológico y un amplio jardín botánico para aquellos que disfrutan de la naturaleza en espacios abiertos. Por su parte, el puente del Rey Fahd presume de su ingeniería para conectar las dos partes de Bamako.

Aparte de la capital, otros atractivos turísticos de Mali son también Mopti, ciudad de gran interés histórico, el gran puerto fluvial dispuesto en la confluencia de los ríos Níger y Bani, Yenné, con su Gran Mezquita de barro declarada Patrimonio de la Humanidad, Bandiagara, cuna de la tribu ancestral dogon y la atractiva y misteriosa Tombuctú, con su Biblioteca Andalusí, entre otros.

Los mejores servicios turísticos de Mali se concentran, resulta obvio, en la capital Bamako. No obstante, la oferta hotelera de la ciudad no es muy abundante, así como tampoco los centros de información para visitantes. Todavía así, merece la pena destacar algunos alojamientos y restaurantes de estilo internacional que se adaptan a la cartera del turista.