Taxco, lo sorprendente de México

Taxco, Mexico

Taxco, México.- Juro que cuando me invitaron a Taxco estaba prejuiciado por todas las noticias de violencia que cada día se repiten una y otra vez en la TV, tanto dentro del propio México como las que transmiten las cadenas internacionales. Sin embargo, no solo es la seguridad de este pequeño enclave situado a mas de 1700 m sobre el nivel del mar lo más llamativo, sino las obras de artes increíblemente hermosas que realizan los orfebres sobre la plata y que hacen de este sitio junto a Ixtapa-Zihuatanejo y Acapulco el denominado “Triángulo del Sol”, de donde Taxco, pese a no poseer costas, se erige como uno de los destinos más importantes, no solo del estado de Guerrero, sino de todo México.

Como es de esperarse, en cualquier parte de México su historia no comienza con la llegada de los hispánicos a estas tierras, sino que ya existía toda una organización política y administrativa muy bien estructurada con su arribo. Aunque eso sí, su desarrollo está estrechamente ligado al descubrimiento de la plata en sus inmediaciones y su posterior explotación, que ha permitido a la población originaria de estos parajes perfeccionar a lo largo de más de 480 años la artesanía que brota de sus manos.

Este pequeño pueblo de un poco más de 50 mil habitantes, contrasta con las ciudades populosas, ruidosas y contaminadas de la nación mexicana, siendo un paraje perfecto donde existe una sinergia increíblemente maravillosa, entre clima, arquitectura, hospitalidad de sus pobladores, artesanía, seguridad y comida típica. En este sentido es muy reconfortante luego de caminar por sus calles empedradas y estrechas, degustar un plato típico de la región el “pozole”.

ImagenEsta mezcla entre una de las tantas variedades del maíz, aguacate, carne de cerdo, orégano, y el famoso chile mexicano, hacen que cualquier persona se sienta agradecido por tal bendición, incluso alguien que no está acostumbrado a la comida “picosa”, pero en honor a la verdad, en el tiempo que me ha tocado vivir en México, he descubierto que para saborear la comida típica de acá, es necesario hacer las paces con este molesto ingrediente, sobre todo para aquellos en donde siempre ha estado ausente este componente culinario. Eso si jamás se atrevan a equipararse en el consumo del mismo con los mexicanos, créanme será una “ardiente” experiencia.

Taxco, sus procesiones, su catedral, las iglesias, y las recurrentes artesanías, demuestran el fervor católico que rige a sus pobladores y dando muestras que esta fe se mantendrá en esta ciudad, al igual que su fama mundial en la elaboración de verdaderas obras de artes sobre la plata.

Aunque existen joyerías exclusivas para bolsillos bien dotados, esta la opción de los “tianguis” los sábados, donde se muestran y venden objetos de buena calidad y a un precio bastante accesible para todos. La seguridad del lugar es magnífica tanto es así que pese al gran volumen de dinero que circula en esta ciudad, la mayoría de los pagos se realizan en efectivo, que demuestra que cuando se quiere salvaguardar la seguridad y prosperidad de un sitio como Taxco de Alarcón, el gobierno mexicano hace esfuerzos ingentes.

Pese a las ocho horas de camino, lo sinuoso de la carretera, el levantarme muy temprano en la mañana, todo valió la pena por conocer y disfrutar en buena compañía, de uno de los sitios más hermosos de México. Y sobre todo por demostrarme que México no es solo es el caos que vemos día tras día en la TV, sino que existen lugares paradisiacos como Taxco, que pese a ser una tentación muy apetitosa para todo el crimen organizado, se mantiene prácticamente inmune a toda la maldad y violencia que lamentablemente esta colonizando toda la nación.

Taxco de Alarcón, seguirá siendo uno de los enclaves más visitados de todo México y no porque esté cerca de uno de los destinos turísticos más codiciados y promocionados a nivel mundial como lo es Acapulco, o por su cercanía a las grutas de Cacahuamilpa, esta pequeña ciudad se lo ha ganado por derecho propio, por su gente, por sus hermosas calles empedradas, por su arquitectura, por su fe, por sus hermosas obras de artes en plata, y seguirá mostrando otra cara de México, inspirando a personas que escriban de ella, y más importante aún que cada persona foránea se enamore no solo de sus artesanías en plata bellamente diseñadas, sino del recuerdo de haber estado en esa maravillosa ciudad.