La lágrima de mármol más famosa del mundo, el Taj Mahal
La lágrima de mármol más famosa del mundo, mandada construir por un emperador mogol en recuerdo de su esposa, atrae en la actualidad a miles de turistas al año a la India.
El monumento, construido en la ciudad hindú de Agra, se inició en 1631 y fue dirigido por el arquitecto iraní Isa Kahn. Las cifras de su edificación resultan abrumadoras: costó levantarlo 22 años de trabajo, tres millones de rupias, 500 kilos de oro y el esfuerzo de 20.000 obreros. No en vano fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1983 y ha sido nombrado una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Los turistas se enfrentan en una dura batalla para lograr un buen ángulo que permita la foto perfecta de tan magno coloso. El objeto deseado es una monumental joya de mármol que asoma a la orilla del río Yamuna, a 200 kilómetros de la capital Nueva Delhi. La historia del Taj Mahal responde a los cánones de un bello romanticismo. Su presencia conmemora el homenaje del inconsolable emperador Shah Jahan a su esposa Mumtaz Mahal, fallecida durante un parto en 1631 después de haberle dado 14 hijos. Miles de personas admiran a diario el mausoleo fúnebre que se ha convertido, por excelencia, en el símbolo de la India. Cuenta la leyenda que su belleza era tal que, a uno de los capataces de la obra se le amputó la mano para que nunca nadie pudiese reproducir la obra maestra.
Los visitantes son conducidos a lo largo de los dos paseos que bordean los estanques del Taj Mahal hasta alcanzar la plataforma en la que se apoya el edificio, un enorme cubo de aparente forma octogonal, cubierto por una cúpula y aligerado en los lados por nichos, paneles florales y arabescos. Está construido con mármol de Makrana, piedra negra de Sharkok, ónix, cornalina y turquesas. En el centro, los amplios jardines divididos en cuadros se organizan mediante la cruz formada por los canales. La superficie del agua refleja los edificios y produce un efecto adicional de simetría.
Las descripciones más antiguas del jardín mencionan su profusa vegetación, con abundancia de rosales, narcisos y árboles frutales. El foco visual del Taj Mahal, aunque no se localice en el centro del conjunto, es el mausoleo de mármol blanco. Como la mayoría de las tumbas mogoles, sus elementos básicos son de origen persa: un edificio simétrico con un iwan y coronado por una gran cúpula. Ésta es, a simple vista, lo más espectacular de todo el conjunto. Su altura es casi igual al basamento, alrededor de 35 metros, dimensión que se acentúa por apoyarse sobre un tambor circular de siete metros de alto.
Quienes visitan el Taj Mahal quedan anonadados por su excelsa belleza. A diario se concentran parejas de recién casados que celebran su luna de miel y personas de toda clase social en torno al símbolo hindú por excelencia. La puesta de sol completa la linda estampa de postal. El monumento se abre al público de lunes a domingo de 6 a 19 horas; cierra los viernes. La entrada cuesta 750 rupias, que al cambio son unos 20 dólares.
En lo que a descanso se refiere, en los alrededores del mausoleo el viajero puede disfrutar de una estancia agradable y, sobre todo costosa en el hotel Agra Jaypee Palace, de cinco estrellas. El spa ayurvédico, de origen indio, cuenta con 350 habitaciones y suites, restaurantes, bares, pistas de tenis, gimnasio o piscina. La habitación sale desde los 200 dólares la noche. Más económico para el bolsillo resulta el Mansingh Palace, de tres estrellas. Dormir en alguna de sus estancias de estándar familiar tiene un precio de 127 dólares la noche.