La Alhambra de Granada

La Alhambra es una ciudad que simboliza la huella del dominio musulmán sobre España en siglos pasados.

La Alhambra
Foto cortesía de Wikimedia.org

La Alhambra, símbolo por excelencia de la capital granadina, es una ciudad palatina situada sobre una de las tres colinas existentes al norte de Granada, vislumbra la ciudad desde una altura de 100 metros sobre ella. Las visitas a La Alhambra pueden ser eternas, pues nunca se llega a descubrir todos los rincones que esconde, puedes pasear por ella durante días y, aún así, quedarte con ganas de más. Al entrar por las puertas de La Alhambra se descubre una pequeña y encantadora ciudad. En ella se pueden encontrar casas, tiendas, jardines, una iglesia, algunos establecimientos, además de sus construcciones más representativas como los Palacios Nazaríes, la Alcazaba y el Palacio de Carlos V. Todos estos monumentos unidos en una perfecta armonía, la que se ve reflejada, tanto en la diversidad de estilos de sus construcciones, tan dispares como el nazarí de sus palacios y el estilo renacentista del Palacio de Carlos V, como en las personas que hoy en día pasean por sus calles, una mezcla total de razas y nacionalidades, personas venidas desde todas las partes del mundo para disfrutar de esta fascinante ciudad palatina.

Cuando Carlos V llegó a La Alhambra, entendió lo que sus abuelos, los Reyes Católicos, habían querido hacer con aquel lugar. Comprendió por qué su abuela se empeñó tanto en mantener La Alhambra en pie para convertirla en una especie de icono de su victoria sobre los musulmanes. Fue entonces cuando Carlos V decidió levantar allí su palacio, respetando en la medida de lo posible todo lo ya construido.

El palacio de Carlos V

Este palacio es una gran obra de arquitectura renacentista, lleno de simbología y con algunas características que lo hacen único en el mundo. Una de sus características más simbólicas es el contraste entre su planta cuadrada y su patio circular. Con esto, Carlos V quiso mostrar el avance de la humanidad a la hora de entender el planeta Tierra, reflejando el paso desde que en tiempos remotos se creía que la Tierra era plana, hasta que se demostró que verdaderamente era redonda. Las opiniones acerca de este palacio son diversas, hay quienes lo ven como una obra maestra del renacimiento y otros que opinan que no va acorde con la arquitectura de La Alhambra, pero, sea como sea, hay que entender que está ahí y es algo que no se puede ni se debe cambiar.

La Alcazaba

Frente a este palacio encontramos la Alcazaba, una fortaleza que se destinaba a la seguridad de La Alhambra. En ella estaba la sede del ejército encargado de defenderla. Actualmente se pueden visitar varias de sus torres, como la Torre de Vela, y contemplar desde ellas unas hermosas vistas de la ciudad de Granada. Al ser la Alcazaba la parte defensiva, contaba con una decoración bastante austera, lo que contrasta considerablemente con lo que se aprecia en los Palacios Nazaríes.

Los Palacios Nazaríes

Estos palacios era residencia de los jefes de gobierno y el lugar en el que recibían en audiencia a quienes lo solicitaban. Por tal motivo, se buscaba demostrar el máximo poder posible con una decoración exuberante y de gran belleza, intentando que las personas que accedieran a ellos quedaran abrumadas al ver lo que escondían en su interior. Durante la visita atravesaremos estancias, patios, como el de los leones, y salones, como el del trono, todos de exquisita decoración. Desde algunos lugares de su interior podemos contemplar una bonita vista de los dos barrios más conocidos de Granada como son el Albaicín y el Sacromonte. Como en la mayoría de construcciones musulmanas, el agua está muy presente en todos sus espacios. Buscaban,con la luz proyectada en sus muros, procedente del reflejo del sol en el agua de sus estanques y con el reflejo de los edificios en el agua, conseguir una arquitectura efímera, viva y que todo se uniese en un único elemento. Al igual que el de Carlos V, estos palacios están llenos de simbología. Todos los rincones de su decoración tienen un significado.

La Alhambra es un lugar para apreciar lentamente, sin prisas, pasear tranquilamente por sus calles, disfrutar de un atardecer en ella y regodearse contemplando la decoración de sus palacios. Es una ciudad que se encuentra en constante restauración por lo que no es extraño encontrar vallas y andamios que impiden el paso hacia ciertos pasajes. El nombre Alhambra tiene sus orígenes en una palabra árabe que significa "castillo rojo o bermellón", debido, tal vez, al tono de color de las torres y muros que rodean completamente la colina de La Sabica, que bajo la luz de las estrellas es de color plateado, pero bajo la luz del sol adquiere un tono dorado. Aunque existe una explicación más poética, narrada por los cronistas musulmanes que hablan de la construcción de La Alhambra "bajo la luz de las antorchas".

Creada originalemente con propósitos militares, La Alhambra era un fortín, un palacio y una pequeña ciudad, todo al mismo tiempo. No existe ninguna referencia de La Alhambra como residencia de reyes hasta el siglo XIII, aunque la fortificación existe desde el siglo IX. Los primeros reyes de Granada, los Ziritas, tenían sus castillosy palacios en las colinas de Albaicín, y ya nada queda de ellos. Los monarcas Ziries fueron con toda probabilidad los emires que construyeron La Alhambra, comenzando en 1238.

El fundador de la dinastía, Muhammed Al-Ahmar, comenzó con la restauración del antiguo fortín. Su trabajo fue completado por su hijo Muhammed II, cuyos sucesores inmediatos continuaron con las reparaciones. La construcción de los palacios (llamado Casa Real Vieja) data del siglo XIV, y es la obra de dos grandes reyes: Yusuf I y Muhammed V. Al primero se le adjudica, entre otros, el Cuarto de Comares, la Puerta de la Justicia, los Baños y algunas torres. Su hijo, Muhammed V, completó el embellecimiento de los palacios con la Sala de los Leones, además de otros cuartos y fortificaciones.

La Alhambra se convirtió en una corte cristiana en 1492 cuando los Reyes Católicos conquistaron Granada. Más tarde, se construyeron varias estructuras para albergar a ciudadanos prominentes, cuarteles militares, una Iglesia y un Monasterio Franciscano.