Monumentos imperdibles

Como tributo al amor, o como muestra de poder y opulencia, algunos personajes edificaron obras que perduran en el tiempo. Visitarlas y admirarlas es un privilegio

Monumentos imperdibles
Chateau de Versailles

A lo largo de la historia, grandes monarcas, príncipes y adinerados personajes, han dedicado parte de sus vidas y fortunas a elevar obras de arquitectura cuya majestuosidad y grandeza perduran en el tiempo, generalmente unidas a historias de amor, que no siempre tuvieron finales felices. Esta es una muestra de las edificaciones más importantes del mundo, que todo viajero debe incluir en su lista de prioridades.

Thornewood Castle

Para complacer el capricho de su amada, Chester Thorner, uno de los fundadores del Puerto de Tacoma, y excéntrico multimillonario, llamó al no menos célebre arquitecto Kirtland Kelsey Cutter, y le encargo un castillo, con la mejor dotación de materiales europeos. El resultado fue una mansión de 54 habitaciones estilo Tudor gótico, con mármol florentino, vidrieras inglesas y una gran escalera de ladrillos rojos que data del siglo 16.

Por si fuera poco el lujo interno, se alistó un jardín con delicadas glicinas y hortensias que mantenían en perfecto cuidado 28 jardineros. Actualmente el castillo cuenta con ocho suites a partir de 275 dólares por noche

Palacio de Versailles

En sus inicios este monumento era una casa de campo construida por el rey Luis XIII de Francia para descasar e ir de casería. Luego, con el arribo de Luis XIV al trono, la propiedad familiar comenzó a ser remodelada para convertirla en un palacio digno de la realeza. Las obras continuaron con el mandato de Luis XV, quien continuó los trabajos iniciados por su padre como un tributo a su amante Madame de Pompadour. Luego del fallecimiento del monarca, el palacio adquirió notoriedad durante el reinado de Luis XVI y su esposa María Antonieta.

La elegante mansión de estilo neoclásico era el lugar preferido de la reina para escapar a las formalidades de la corte. Allí se reunía con su círculo íntimo, y son famosos los encuentros placenteros, así como el derroche de vestuario, comidas y bebidas que solían celebrarse en la mansión. Son muchas las agencias y operadores turísticos que organizan visitas guiadas a Versalles, el poblado y el castillo, por 25 dólares. La entrada y visita individual cuesta 13 dólares y es conveniente reservar con anticipación.

Kodai-ji

Durante el siglo 16 hubo un personaje en Japón que se destacó por su labor unificadora entre los clanes. Toyotomi Hideyosshi además abolió la esclavitud y terminó con la guerra a otros países. Una de sus esposas favoritas, Nene, amiga y confidente, construyó a su muerte un monumento para honrar su memoria. La obra, construida en el siglo 17, posee un templo principal, un salón conmemorativo con imágenes talladas de la pareja, un mausoleo, varias casas, un bosque de bambú y variaos jardines cuyo esplendor perdura hoy día en la Kioto moderna.

Taj Mahal

Durante 22 años miles de obreros, artesanos y artistas trabajaron en la construcción y ornamentación de esta monumental obra, por encargo del emperador mongol Sha Jahan como mausoleo para su tercera esposa Mumtaz Mahal, fallecida cuando daba a luz a su catorceavo hijo.

La edificación de mármol y rodeada de jardines, posee intrincados dibujos con incrustaciones de piedras preciosas y semipreciosas. La tumba de cúpula corona fue adornada con minaretes islámicos, persas e hindúes y un fachada tallada de plegarias.

Castillo Boldt

Fue un regalo del millonario George C. Boldt, propietario del Hotel Waldorf Astoria, para su esposa Louise. Tal era la fortuna del magnate, que mandó construir la isla Heart, que como su nombre lo indica, tiene forma de corazón, y sobre ésta edificó el monumento. El matrimonio veraneó en el castillo por espacio de cuatro años, disfrutando de seis pisos, 120 habitaciones, túneles, jardines de diseño italiano y un peculiar puente elevadizo.

Pasados esos escasos años, Louise falleció y Boldt mandó paralizar las obras, y nunca más pisó la isla. El sitio fue recuperado a partir de 1977 para su aprovechamiento turístico.

Castillo de Coral

Edward Leedskalnin fue un inmigrante letón que llegó a Estados Unidos tras un periplo por otros países, hasta asentarse en el estado de Florida. Allí comenzó la construcción de un castillo en homenaje a su gran amor Agnes Suffs, una chica 10 años menor que él, que huyó un día antes de la boda su boda con el letón. Desde 1923 y hasta su muerte en 1951, Leedskalnin se dedicó a edificar el monumento usando como material de construcción más de 1.100 toneladas de roca de coral.