Nueva Zelanda, un país lleno de emociones
Nueva Zelanda es un país lleno de contrastes y se caracteriza por sufrir de cambios climáticos severos en un mismo día, además de tener paisajes muy hermosos.
Nueva Zelanda es un país lleno de contrastes y se caracteriza por sufrir de cambios climáticos severos en un mismo día, además de tener paisajes muy hermosos.
Nueva Zelanda es un país que se caracteriza por tener ambientes muy diferentes, así como también ofrecer una gran variedad de actividades a los turistas que disfrutan con la naturaleza y buscan aventuras al aire libre durante todo el día.
Algunos de los paisajes que podemos encontrar en Nueva Zelanda incluyen playas, montañas, glaciares, fiordos y hasta bosques tropicales, por lo que es un excelente lugar para disfrutar de toda la diversidad que nos regala la naturaleza. Este es un país que se caracteriza por estar formado por dos islas principales (Isla del Norte e Isla del Sur), las que están repletas de centros urbanos y de maravillas naturales.
El tamaño completo de la isla es similar al que tiene Colorado en Estados Unidos, aunque está dividido en distintas regiones donde cada una posee un ambiente característico. La mejor forma de conocer este hermoso país es mediante un plan de viaje, pues hay tantas cosas por ver que si no se tiene claro por dónde empezar es fácil dejar cosas sin revisar.
Uno de los aspectos que se debe tener en cuenta es el hecho de que tener que conciliar esta visita a Nueva Zelanda con una viaje que dura entre 12 y 24 horas (dependiendo del lugar en que nos encontremos), lo cual obligadamente nos hará llegar a relajarnos y acomodarnos al horario.
En general el clima es templad pues se encuentra climatizado por la cercanía con la costa. No obstante lo anterior, es posible encontrar en determinadas regiones las cuatro estaciones del año en un solo día, y es que el clima aquí cambia drásticamente y sin previo aviso. Nueva Zelanda es una de las grandes masas de tierra que hay en el planeta y que es habitada por humanos, aunque hay una más grande conocida como “Antártica” en Chile.
Los polinésicos Maorí llegaron en el año 800(DC) y no fue sino hasta 1840 que se llegó a un pacto con los británicos, donde se concluyó habría una rendición por parte de los nativos a cambio de soberanía territorial, aunque mantenía derechos sobre esa tierra.
La Isla del Sur
La puerta de entrada de la Isla del Sur es conocida bajo el nombre de “Christchruch” y es nada menos que la segunda ciudad más grande de Nueva Zelanda. La arquitectura neo-gótica y una gran cantidad de parques la han hecho conocida como “Garden City” por los turistas, donde fácilmente aprecian los turistas los asentamientos ocupados por británicos. En esta ciudad el acceso a la playa es sencillo, así como también se puede llegar a montañas cubiertas de nieve en breve desde la ciudad.
Viajar hacia el sur, por la carretera de la costa en la Isla del Sur, nos conduce al pequeño pueblo de Akaroa en la península “Bank”. Durante la ruta que recorremos nos encontramos con vistas hermosas y llenas de paisajes montañosos de ensueño. Cuando llegamos al pueblo nos deleitamos con un asentamiento francés, de la cultura local establecida y también podemos tomar un bote para ver delfines, focas y otras especies que se desarrollan en las aguas turquesas del volcán inundado que allí se encuentra.