La Acapulco de Oriente está en Tailandia
En un entorno dotado de una naturaleza privilegiada emerge la isla tailandesa de Phuket, que se ha convertido en un destino turístico de primer nivel. Con todo tipo de servicios que ofrecer a quien la visita, la joya vacacional de Oriente cuenta con fabulosas playas y un paisaje natural de excepción con lagos, jardines, montañas, bosques, flora, fauna salvaje...
En un entorno dotado de una naturaleza privilegiada emerge la isla tailandesa de Phuket, que se ha convertido en un destino turístico de primer nivel. Con todo tipo de servicios que ofrecer a quien la visita, la joya vacacional de Oriente cuenta con fabulosas playas y un paisaje natural de excepción con lagos, jardines, montañas, bosques, flora, fauna salvaje...
La isla arrozal de Phuket, ubicada en Tailandia, está en continua transformación. Su objetivo es convertirse en el Acapulco de Oriente, algo que tiene al alcance. Cuenta con infraestructuras turísticas muy desarrolladas y tremenda posibilidad de diversión con cientos de restaurantes, lugares de encuentro, bares, tiendas y negocios. Y más allá del Golfo de Phang-Nga se descubre Krabi, otra playa, pero con el mismo mar.
Los litorales de esta isla son muy bellos y están bien equipados. ¿Por cuál decidirse entonces? La playa más meridional es Nai Han Beach. También sobresalen hacia el norte, Kata Noi y Kata Beach, encerradas en paredes de vegetación tropical, mientras que la extensa Karon Beach, en clara competencia con Patong Beach, está repleta de gente a cualquier hora del día. Otros turistas pueden decantarse por Laguna Phuket, un intrincado sistema de pequeños lagos, lagunas, canales y jardines con villas privadas y hoteles. O también por las alejadas Nai Yang Beach y Mai Khao Beach.
La Perla del Sur, como así es conocida la isla de Phuket, tiene una superficie de 810 kilómetros cuadrados y está unida a tierra firme por el puente de Sarasin. Su interior es una sucesión de colinas ondulantes, plantaciones de arroz, y de bosques. Una interesante opción desde aquí es emprender una excursión hacia Krabi, en la otra parte del inmenso golfo tailandés de Phang-Nga. Una vez en la zona se pueden visitar tres lugares de extraordinaria belleza: el Waat Tham Seua o Templo de la Gruta del Tigre, es el primero de ellos. Se trata de un amplio centro religioso budista con una gran estatua de este Dios. Es necesario ascender 1.237 escalones. 30 kilómetros al sur de Krabi está Sa Morakot, un total de ocho lagunas de aguas nítidas unidas entre sí. La tercera escapada lleva al corazón del Ao Thalane, un laberíntico ecosistema en la costa de bosques de manglares, profundos cañones y paredes calcáreas. Aquí sólo se puede entrar en canoa o piragua.
A mitad de la carretera litoral 4, que une Phuket con Krabi, se erige un espectáculo natural delante de los ojos de quien lo visita. El Parque Nacional de Khao Sak es uno de los más antiguos ecosistemas del planeta, con cimas montañosas, colinas, formaciones calcáreas, ríos, cascadas y el lago artificial de Chieo Lan. Allí viven elefantes, osos, monos, ciervos, tigres y la flor más grande del mundo, la Rafflesia kerri meyer, de más de un metro de altura y siete kilos de peso.
La playa del resort Amanpuri es uno de los lugares más exclusivos de Phuket donde poder alojarse. El complejo ofrece 40 lujosos pavilions y 30 villas inmersas en un bosque de palmeras. También cuenta con un spa con tratamientos sólo para parejas. Otros alojamientos de refinado ambiente son el Evason Phuket & Six Senses Spa, la Tri's Villa Royale, el Sheraton Krabi Beach Resort o The Tubkaak Krabi. Todo un placer de relax y descanso para los sentidos. Eso sí, habrá que rascarse el bolsillo para disfrutar de unas vacaciones de verdadero lujo.