Kerala, para descansar en hoteles flotantes y sobre las cepas de los árboles

Los amantes de la ecología tienen un destino vacacional de obligada visita en Kerala. La región más austral de la India se ha especializado en un turismo del bienestar y salud.

Kerala
Kerala - Turismo ecológico y de bienestar

La región más alfabetizada y austral de la India se ha convertido en un laboratorio de diversidad cultural, religiosa y étnica. La defensa de la naturaleza convierte a Kerala en un destino obligado para los amantes de la ecología y el turismo sostenible. Cada vez acoge a más adeptos del bienestar con masajes ayurvédicos y un balneario que va en búsqueda de la eterna juventud.

Se trata de un lugar romántico por excelencia, flanqueado de canales, huertas flotantes, bellas playas -como las de Kovalam o Varkala- y una puesta de sol digna de postal. Kerala tiene también estaciones de montaña como las de Ponmudi y Munnar. Destacan también las hermosas lagunas de Alleppey y Kumarakom. Si se está en la búsqueda de algún paraíso terrenal, uno de los imaginados sería Kerala.

Uno de los principales atractivos que alberga esta región hindú se localiza en su capital, Trivandrum. Cuenta con la escultura monolítica más descomunal de Asia meridional, la del profeta desnudo Bahubali, de 17 metros, escoltada por 614 escalones y que domina el gran templo jainí de Shavanabeloaga. Hay quienes prefieren combatir la humedad matutina a 2.000 metros de altura y sufrir un incómodo viaje en todoterreno hasta Periyar, todo ello con tal de ver a un tigre en su hábitat o también a uno de los 800 elefantes que merodean por la reserva. Es un espectacular ecosistema de jungla.

Otra posibilidad es navegar por los ríos, canales y lagunas del backwater (depósitos naturales de agua que hay en Kerala), a bordo de un kettuvallam. Estas barcas de junco y esteras de arroz trenzadas, se han transformado en panzudos hoteles flotantes a todo lujo, que bordean las playas arenosas rodeadas de bosques de palmeras y manglares. El palacio de madera de Padmanabhapuram, rodeado de verdes arrozales, tiene bellos techos de madera labrada, ventanas de rejilla y los pilares esculpidos. La llegada a la zona de Bylakuppe proporciona al viajero un salto visual y emocional. De la India tropical se pasa a un paisaje salpicado por monasterios budistas como los de la zona del Himalaya o Nepal. No en vano reside aquí una amplia comunidad procedente del Tíbet.

Kerala

Cochin, por su parte, es la capital comercial e industrial de Kerala, a la que se accede a través de un viaje por los meandros del mar. Allí se pueden visitar las casas portuguesas de los primeros colonos o la iglesia de San Francisco, la más antigua de la India. El archipiélago de las Laquedivas, a 400 kilómetros de Kerala, se alza como la alternativa hindú a las más célebres Maldivas.

En Palghat el viajero puede pernoctar en cómodas y discretas casas construidas sobre árboles en plena jungla india. En el Green Magic Nature Resort se puede dormir desde 226 dólares la noche. Si se quiere un hotel ecológico, Vythiri fue el primero del sur de la India, completamente confeccionado de madera, cañas y bambú, con dos cabañas a lo alto de sendos árboles a 30 metros del suelo. Su acceso se realiza a través de un ascensor con contrapeso.

Uno de los alojamientos con más encanto es el Hotel Tranquil, donde se come y se cena en compañía de los anfitriones, y donde el té se sirve en un discreto salón. El precio de la habitación apenas supera los 100 dólares la noche. Más económico aún es el Orange Country Resort -64 dólares por persona- que cuenta con pequeñas villas, bungalós y alojamientos en cómodas tiendas junto a un lago.