Las Islas Baleares ofrecen un panorama excelso en Menorca

Las islas Baleares son un museo al aire libre, plagado de yacimientos arqueológicos, playas y calas de lujoso descanso para toda la familia

Macarella
Macarella - Islas Baleares

Mediterránea y nórdica al mismo tiempo, mezcla de paisaje bretón y de blancura africana, Menorca es un mundo aparte dentro de las Islas Baleares.

Menorca es una isla llana, con escasas elevaciones. En su vertiente meridional se exhibe como una plataforma calcárea sobre la que se abren los barrancos, verdaderos microcosmos de vegetación y fauna particulares. Sus monumentos prehistóricos son únicos en todo el Mediterráneo. Menorca es además Reserva de la Biosfera declarada por la Unesco. Sus decorados dieciochescos derrochan galones, así la isla supone la transición entre la mundana Mallorca y los estilos de vida alternativos que predominan en Ibiza.

La deslumbrante isla de las calas del sur -Macarella, Mitjana, Trebalúger, Turqueta o Galdana- se ha convertido en un destino turístico de primer orden. Su principal mercado es el británico, que viene desde la colonización de la ínsula, y el nacional. Las aguas cristalinas en las que poder practicar deportes náuticos son el principal referente de Menorca, aunque lo más encantador quizás sea la cala de Macarella, que se ubica en una reserva forestal accesible sólo a pie, flanqueada por paredes rocosas que mantienen sus cavernas de antaño habitadas.

Mitjana

En Menorca se pueden localizar más de 50 playas, desde las completamente vírgenes hasta algunas urbanizadas. Las hay de blanca arena fina, grava y rocas... sin nada que envidiar a las del Caribe. La oferta cultural de la isla casi supera al incentivo puramente playero, buen ejemplo de ello es Mahón -la capital insular- quien tiene un teatro de la Ópera nada menos que de 1829. Otro buen ejemplo es S'Esplanada, uno de los centros vitales de la ciudad. Su principal patrimonio está conformado por la iglesia de Santa María, el ayuntamiento y el convento del Carme. Por su parte Ciutadella, de 27.000 habitantes, se alza como una pequeña Florencia insular. Pasear por esta ciudad es hacerlo por los ecos del pasado del palacio del conde de Torre Saura o la casa señorial de los Salort.

Trebaluger

Esta Isla está considerada un museo al aire libre, ya que cuenta con un excepcional patrimonio arqueológico. Sus monumentos más conocidos son las navetas, edificios prehistóricos que se asemejan a una nave invertida, entre los que sobresale el de Tudons con 3.000 años de antigüedad. Las grandes torres de piedra llamadas talayots se levantan por toda la isla, asimismo se erigen las enigmáticas taulas, cuya función desconocen los expertos. Por su parte, Torre d'en Galmés, es el poblado prehistórico más importante de las Baleares, mientras que la necrópolis de Cala Morell destaca por su interés y albergar 14 cuevas.

Además de estos espectaculares restos arqueológicos, Menorca ofrece otros escenarios como su salvaje costa norte, repleta de acantilados y despeñaderos.

Menorca

Una de las mejores estancias de Menorca donde el turista puede descansar después de una ajetreada jornada, es el Hotel Sant Ignasi, emplazado en Ciutadella. Se trata de una residencia con encanto, en la que por sólo $68 se descansa de maravilla. Si se hace la reserva con antelación y utilizando los buscadores que pone a su disposición Internet, el viajero puede encontrar descuentos de hasta un 75% respecto a las agencias de viajes, en lo que se refiere a ofertas de alojamiento y viaje.