Piriápolis, un balneario lleno de simbología

Rambla de Piriapolis
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Piriápolis es uno de los balnearios más bellos del Uruguay, sus hermosas playas, con una antigua rambla que hasta el día de hoy guarda el aspecto original de la construcción del balneario.

Es un lugar que ofrece dos tipos de bellezas distintas; uno es el entorno natural fabuloso, y otro es mirar y descubrir lo que a veces no es sencillo de ver aunque estemos frente a ellos: Los símbolos. Es una balneario plagado de simbología que quien la sepa descifrar se irá deslumbrado.

Fue fundada por Francisco Piria quien a temprana edad fue iniciado en los conocimientos Herméticos, en la Cábala; y luego fue Alquimista, Templario, Rosacruz y Masón.

En la Masonería fue venerable Maestre de su logia y sucesor nada más ni nada menos en ese cargo que de Juan Manuel Blanes, conocido en Uruguay como “el pintor de la patria”. Blanes también fue un gran pintor en donde en todas sus obras hay elementos masónicos, como el retrato de los “33 Orientales”, uno de los cuadros más importantes de nuestro país, donde entre otras cosas utiliza conocimientos de otros célebres masones famosos en el mundo, como la medida áurea de Leonardo Da Vinci, en donde aquí se encuentra la bandera de los 33. Y Lavalleja y Oribe están haciendo el saludo Masón. Y los 33 Orientales están ordenados de acuerdo al orden del matemático Pissano, más conocido como Fibonacci. Esto es sólo una parte de la infinidad simbólica que tiene este cuadro.

El Cerro del Toro es otro de los atractivos turísticos que tiene Piriápolis. El toro fue traído por Piria expresamente de Francia. Y está conectado a una vertiente que larga agua por la boca, el agua va cayendo por las rocas que forman pequeñas piscinas naturales. A este encanto de la naturaleza, también le agregamos el contenido simbólico: Son 33 escalones para subir donde está el toro (número sagrado en la Masonería). El agua que cae sobre las piedras es símbolo de la “purificación” en la Alquimia.

El Argentino Hotel es otra de sus grandes obras místicas que encierra la ciudad. Un Hotel lujoso con Casino, parque y piscinas exteriores comunes y con agua de mar, 300 habitaciones, 56 suites con vista al mar o a las sierras. Canchas de tenis, paddle, fútbol, tenis, volley. Personal especializado para niños, áreas para bebés, juegos, bibliotecas, y para adolescentes discotecas, parque de juegos infantiles.

Pero cuando hablábamos de obra mística del hotel nos referimos a la simbología que también guarda: En la entrada del Argentino Hotel (que visto desde arriba tiene la forma de “H” de Hermetismo), está el simbolismo del combate entre los seres que se fusionan, representado por el León Alado, el grado vigésimo cuarto de la masonería. Es una criatura que encontró el equilibrio entre el cielo y la tierra. También está en la vereda del hotel de baños la cruz templaria y el símbolo de los rosacruces. El símbolo de “La Orden de los Temples”, una cruz que abre sus extremos a los cuatro puntos cardinales, que se abre al mundo y al universo. Los cuatro brazos iguales recuerdan a los cuatro evangelistas, a las cuatro estaciones y a los cuatro elementos básicos de la vida.

En los jardines del edificio está “La muchacha con el cántaro”, una estatua de una mujer con un recipiente en su mano, el grado vigésimo segundo de la iniciación. Según la posición que tenga el cántaro representa una forma diferente de dar y sembrar y por lo tanto un grado distinto en la masonería.

Otro lugar imposible de dejar de visitar es el Castillo de Piria, rodeado de árboles exóticos en el Uruguay como lo son las “Yucas africanas”. Es un castillo fascinante que funciona como museo en donde se pueden apreciar todas las obras de la ciudad de Francisco, teléfonos, que eran suministrados por el propio Piria al igual que la electricidad y el ferrocarril. Para subir al castillo es necesario caminar 33 escalones, nuevamente la simbología. Al costado del castillo aún se encuentra el escenario donde se filmó la película española “El curro Jiménez”, ambientada en esa misma época.

El Cerro Pan de Azúcar; un inmenso cerro que se puede subir sólo a pie y que en su parte más alta tiene una gigantesca cruz que se puede subir por dentro, y en los brazos de la cruz hay asientos con ventanitas donde se ve absolutamente todo hasta perderse la vista en el horizonte.

ImagenOtro de los misterios es la enorme iglesia abandonada que siempre llama la atención a los turistas. Fue una impresionante Iglesia que Piria construyó y nunca fue aceptada por la Iglesia, en realidad ¡nunca se utilizó! No fue aceptada por la simbología Alquimista. La hizo construir y había sido proyectada para que en el día del equinoccio de primavera un rayo de sol atravesara un vitral del rosetón frontal. Ese rayo de luz iluminaría un punto del altar donde el Alquimista dejaría un poco de “polvo de proyección”, la sustancia que permite hacer las trasmutaciones.

Pittamiglio, cuyo castillo es otro de los paseos imperdibles de la ciudad, era discípulo de Piria en la Alquimia. Pittamiglio, de origen italiano, su nombre era Umberto Pittamiglio. Y se hizo cambiar el nombre agregándole la “H”. Alguien podría pensar que lo hizo para “castellanizarlo”, pero sabemos bien que es la “H” del Hermetismo.

Las columnas de la rambla, que han sido símbolos de distintas logias de Europa, están ubicadas a lo largo de toda la playa. Lo que se ve encima de ellas es un globo terráqueo que originalmente mostraba los continentes con una distribución diferente a la actual. Pero no han sido cuidados esos símbolos y hoy no se puede apreciar los límites del mar y los continentes, y en algunas hasta han desaparecido los globos.

Esas diferentes proyecciones de los continentes podría ser el anuncio de un presagio de Piria; y no es tan errado cuando él hablaba de un triángulo de salvación que quedaba entre el “Hotel de baños”, el castillo de Piria y el Palacio de Piria en Montevideo”.

Realmente quien desee visitar Pirlápolis se encontrará con una bellísima ciudad con playas increíbles, y quienes deseen ver la simbología que tiene, descubrirán otra ciudad dentro de ella misma.