Historias de cátaros y buenos vinos en la región francesa de Languedoc
De lustroso pasado romano y medieval como así dan fe sus restos arqueológicos y patrimoniales, la región francesa del Languedoc ofrece al visitante, una rica variedad de ocio, naturaleza y gastronomía. Cierre los ojos y déjese llevar por el encanto que desprenden unas tierras históricas que antaño ocuparon los cátaros...
De lustroso pasado romano y medieval como así dan fe sus restos arqueológicos y patrimoniales, la región francesa del Languedoc ofrece al visitante, una rica variedad de ocio, naturaleza y gastronomía. Cierre los ojos y déjese llevar por el encanto que desprenden unas tierras históricas que antaño ocuparon los cátaros...
Tierra de cátaros y otras peripecias de lustroso pasado medieval, la histórica http://turismoonline.com/ciudades/paris>región francesa del Languedoc ha visto cómo sus fronteras cambiaban a lo largo de los siglos, y hoy sus maravillosas atracciones se mantienen dispares: dos buenos ejemplos son, la animada vida de Montpellier y la belleza salvaje de la localidad de Cévennnes. Lo que le falta de cohesión, Languedoc lo compensa con su rica variedad geográfica y monumental.
Tiene cientos de lugares interesantes para visitar, desde la región medieval de Carcasona a la parte romana de Nimes o la no tan conocida de Montpellier, una de las ciudades galas más animadas. Aunque lo mejor de Languedoc se encuentra fuera de las ciudades, cuando el visitante puede explorar los parques y saborear la deliciosa comida y los vinos, de reputada fama.
Una de los itinerarios obligados para cualquiera que se atreva a visitar la región dirige la vista hacia la ciudad de Carcasona, impresionante urbe medieval llena de torres y murallas y que fue bastión de los cátaros durante el siglo XIII. Por su parte, Nimes tiene algunos de los edificios mejor conservados de todo el país: es el caso del anfiteatro romano y la Maison Carrée, un templo construido bajo los designios del emperador Augusto.
Montpellier es una de las ciudades más animadas del sur de Francia. A destacar su centro histórico, con sus mansiones de los siglos XVII y XVIII, los jardines de Châuteau d'Eau o la Place de la Comédie. Mientras, el turista no debe dejar escapar la oportunidad de visitar el Parque Nacional de Cévennes, salpicado de pequeños pueblos y barrancos. Uno de los mejores paisajes de los que disfrutar lo ofrece el recorrido por la carretera que atraviesa Gorge du Tarn con sus pueblos de piedra como Ste. Enimie y La Malène.
Muchos turistas que han visitado la región recomiendan gozar de un paseo en barca a lo largo del Canal du Midi, de más de 240 kilómetros lleno de acueductos y esclusas. Al visitar el Languedoc, los amantes del buen vino tienen que desplazarse hasta la bodega Villerambert Julien, a media hora en coche desde Carcasona, para de esta forma probar los caldos de la región.
Después de una extenuante jornada, llega el momento del descanso cuando cae la noche. La oferta hotelera de Languedoc es amplia y de calidad. Algunos de los mejores establecimientos son el Hotel Acanthe du Temple, que ocupa un edificio del siglo XVII cerca de Nimes, el Hotel de France, con vistas al valle y jardines de Mende, el Hotel Le Guillhem, con vistas a la catedral de Saint Pierre en Montpellier, el Château de la Caze, un auténtico castillo de cuento de hadas, o, por último, uno un poco más caro, el Hotel de la Cité, junto a las murallas de Carcasona.