La costa oeste canadiense en helicóptero

Se trata de un viaje único, de ensueño. Permite recorrer la descomunal belleza natural que esconde la costa oeste canadiense en helicóptero hasta Great Bear, la selva tropical húmeda más grande del mundo, a orillas del Pacífico. Mar, selva, montaña, animales salvajes y mucho más, todo en uno.

Great Bear Bosque
Selva tropical Great Bear, Canadá
Foto cortesía de Ian Mcallister

Uno de los viajes románticos de mayor espectacularidad permite recorrer en helicóptero los parajes más remotos de la selva tropical templada más grande del mundo, el Great Bear, situado en Canadá, a orillas del Océano Pacífico y que se extiende hasta Alaska. Son 64.000 metros cuadrados de bosque salvaje (más de dos veces el tamaño de Bélgica), más de 32.000 kilómetros cuadrados de lago, un volumen de aguas de 2.236 kilómetros cuadrados y una profundidad de 446 metros. Este viaje se materializa gracias a Ninmo Bay Resort, un bello complejo reservacionista donde se puede descansar, en una estancia de tres días, por unos 5.000 dólares por persona. El precio merece un viaje de ensueño.

Situada a más de 300 kilómetros al norte de Vancouver, Great Bear ofrece una embriagadora mezcla de lluvia, montaña y mar, agua dulce y salada. Las cascadas alimentan árboles que crecen más de 90 metros y viven más de 14.000 años. Los salmones sirven de alimento a todo su ecosistema: Lobos, águilas y osos. Precisamente, en el bosque habita una subespecie del oso Kermode, que presenta un pelaje de color claro. En esta reserva se puede disfrutar, además, del avistamiento de ballenas o del majestuoso Monte Stevens, dar una caminata matutina por una cima alpina, deambular por un campo de flores salvajes, almorzar junto a un lago glaciar o viajar hacia la costa en busca de una solitaria y kilométrica playa de arena fina. Ni en los mejores sueños se aúna tanta espectacular belleza.

Great Bear, la región más joven del continente americano, nacida hace unos 10.000 años, permite, asimismo, gozar desde las alturas del Monte Benedict, del estrecho de Queen Charlotte, el Monte Waddington, el pico más alto de British Columbia o divisar los viñedos de Okanagan Valley. El itinerario prosigue hacia el estrecho de Mackenzie, donde en ocasiones se pueden avistar focas escapando de las orcas. El mejor medio para contemplar las ballenas es el pequeño helicóptero Jet Ranger, que vuela hacia Queen Charlotte y Cormorant Island. En esta última isla, en el centro de Alert Bay, se alza el tótem más grande del mundo, de 52 metros de altura.

En los alrededores de la reserva el viajero puede encontrar algunas atractivas actividades turísticas, como por ejemplo visitar los Parques Nacionales del Búfalo de los Bosques (a 838 kilómetros) o Natural Nahanni, el Lago de Claire a casi un millar de kilómetros, el Parque Nacional de Aulavik o el Tuktut Nogait, la isla Victoria, el Museo Northern Life o el Gran Lago de los Esclavos. Después de gozar cada segundo de la inmensidad de esta descomunal naturaleza y quedar impresa en nuestro cerebro, ya sólo resta la vuelta hacia Ninmo Bay Resort con un abrupto giro de 180 grados en helicóptero.