Los mejores bares del mundo
Cuando llega la noche, nada mejor que saborear un delicioso cóctel y escuchar la mejor música del momento en alguno de los bares más exclusivos del mundo. Los locales de mayor glamour y estilo se concentran en las grandes capitales turísticas como Bangkok, Dubai, Londres, París o Nueva York.
Cuando llega la noche, nada mejor que saborear un delicioso cóctel y escuchar la mejor música del momento en alguno de los bares más exclusivos del mundo. Los locales de mayor glamour y estilo se concentran en las grandes capitales turísticas como Bangkok, Dubai, Londres, París o Nueva York.
Vistas espectaculares desde sus terrazas, un ambiente chic lleno de glamour, decoración peculiar o exquisita, copas y cócteles de todos los sabores inimaginables... Ciudades cosmopolitas, grandes capitales y destinos turísticos emergentes como Londres, París, Bangkok, Shangai, Nueva York, Dubai o Buenos Aires presumen de contar en su territorio con algunos de los mejores bares de todo el planeta, lugares por excelencia para socializarse y entablar conversaciones de todo tipo con la mejor bebida y música del momento.
La capital de Tailanda es, quizás, la ciudad mundial que más locales de gran nivel aglutina. Entre ellos: Vértigo Bar y Q-bar. Este último engaña por su aspecto. Una antigua casa que sugiere paredes confeccionadas de listones de madera y whiskey da paso a un interior muy sofisiticado. Con gente venida de todas partes del mundo, el té helado con vodka es la especialidad del lugar. Con curvas paredes de metal, tiene dos barras, una pista de baile y una terraza exterior para sofocar el calor de Bangkok. Sus DJ's que vienen a pinchar música lo hacen tanto desde Singapur hasta San Francisco.
El Vértigo Bar, como su nombre propio indica, es el bar de terraza más alto de toda Asia. Situado 60 pisos arriba del lujoso Banyan Tree Hotel, el local ofrece espléndidas vistas de Bangkok. Su barra, abierta hasta la madrugada, dispensa la mejor música jazz entre cóctel y cóctel. Mientras, el Bed Supper, de paredes blancas y divanes diseminados, se caracteriza por una decoración de sillas bajas y estiradas, paredes curvilíneas y cócteles de frutas en un recinto con forma de cápsula espacial que atrae el ambiente más exclusivo de Oriente. La música se acompaña de la proyección de películas sobre las paredes y el aroma que desprenden los platos de fusión oriental que sirven.
El Gran Danzón de Buenos Aires nos descubre una sala llena de sillones de felpa, tenue luz y mesas acogedoras. Entre cócteles y bocados de sushi, también resultan irresistibles sus caipiriñas. En Londres, en pleno distrito de Mayfair, sobresale el Dukes Hotel, donde sirven martinis repletos hasta el borde, lugar que fue el preferido del escritor Ian Fleming.
La caótica metropoli de Shangai cuenta con un rincón de ambiente exclusivo como el Face Bar. Se trata de una casa de campo restaurada con espaciosos salones, un gran patio de madera y un descomunal prado donde poder disfrutar de sabrosos cócteles. La decoración incluye objetos de arte indio y del sureste asiático. Tiene dos restaurantes que sirven platos thai y concina hindú, idóneos para celebraciones y eventos de todo tipo.
El cierre del mítico Studio 54 ha dado paso en New York a otro local que hipnotiza por su calidad. El Marquee es un bar distribuido en dos pisos con una pequeña pista de baile y un brillante candelabro que cuelga omnipresente del techo. Sus salones privados de paredes rojas rizadas ofrecen un descanso alternativo y diferente de lo convencional.
En París, cerca de la Place de la Concorde, Buddha Bar se erige como un templo de estilo propio y kitsch. Una enorme estatua de aquel mesías contempla a los elegantes clientes que toman un trago o cenan comida fusión de estilo americano-japonés.
Tampoco se queda atrás el vidriado New York Bar de Tokio, emplazado en el piso 52 del Park Hyatt, donde se rodó el filme Lost in Translation. Cantantes de jazz en vivo ambientan la zona rodeados de un sofisticado ambiente forrado de madera.
Construido completamente en hielo, el Chillout de Dubai permite acceder a un amplio local repleto de abrigos, chaquetas y guantes. La entrada cuesta 17 dólares. Muy similar es el Absolut Ice Bar, en Estocolmo.