El viejo cementerio judío de Praga

El símbolo de una conspiración inexistente.

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Este cementerio fue inaugurado aproximadamente a mediados del siglo XV en Josefov, un lugar conocido popularmente como el Barrio Judío. Esta fecha se basa justamente en la tumba más antigua perteneciente al poeta Avigdor Karo, quien falleció en 1439.

Fue utilizado hasta 1787 y alberga unas 12.000 tumbas identificadas, aunque el número de restos que reposan en el lugar es muchísimo más elevado, teniendo en cuenta que, debido a la falta de extensión del terreno, los cadáveres fueron apilándose uno encima de otro en diferentes capas de tierra. Se dice que habría hasta diez cuerpos en una sola tumba.

Uno de los inquilinos más célebres de este cementerio es el rabino Judah Loew (1520 – 1609), al que se le atribuye la creación de un mítico Golem, que, según la creencia, defendió al gueto judío de los ataques antisemitas.

Una conspiración inexistente

El Cementerio Judío de Praga, se ha visto inmiscuido involuntariamente en la historia de una conspiración de la cual se habla hasta la actualidad. Según el, panfleto antisemita “Los protocolos de los sabios de Sion”, publicado en Rusia en 1902 por la policía secreta del zar Nicolás II, el Cementerio de Praga habría servido como centro de reuniones de los “Ancianos de Sion”, quienes planificaban la manera de apoderarse del mundo.

Esta obra se atribuía ser la transcripción fiel del acta de una de esas tantas reuniones y sirvió de excusa perfecta para iniciar una persecución contra los judíos a quienes culpaban de los males de la guerra y la revolución. Nunca hubo una prueba fehaciente de la existencia de tal organización.

Lo que sí se probó de manera contundente por parte del diario Times en 1921, fue que “Los protocolos de los sabios de Sion” era una vulgar copia de dos novelas de ficción: “Diálogo en los infiernos entre Maquiavelo y Mostesquieu”, de Maurice Joly y “Biarritz”, de Hermann Goedsche, autor antisemita que había titulado uno de los capítulos de su obra como “El cementerio judío de Praga y el consejo de representantes de las doce tribus de Israel”.

Pero estas pruebas no fueron suficientes para los ciudadanos antisemitas y, contra todo, la obra siguió gozando de enorme popularidad en Europa, incluso el mismo Hitler estuvo influenciado por ella y en Estados Unidos, Henry Ford financió varias ediciones de la obra y dedicó bastante esfuerzo a difundirla.

Fue tal el impacto de esta obra que aún hoy pervive como un testimonio real entre algunos grupos de ultraderecha, nazis, blancos y en algunos sectores del mundo islámico.

Recorrido turístico

El viejo cementerio judío de Praga no es una zona muy extensa, razón por la que su recorrido turístico forma parte de un paquete que incluye otros atractivos de Praga.