La Comida Catalana entre Mar y Montaña

La cocina catalana parte principalmente de la trilogía hecha por el aceite, el trigo y el vino; enriqueciéndose gracias a las aportaciones de Oriente, el Nuevo Mundo y –por supuesto- Europa.

Cocina catalana
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Ostenta un rico y variado pasado de tradición culinaria. Hoy día está presente en la cultura gastronómica mundial. Está dentro de la denominada “dieta mediterránea”; rica, refinada y variada. Hablamos de la gastronomía de Cataluña, donde confluyen variedad de productos del mar, de la montaña y de la huerta.

La cocina catalana parte principalmente de la trilogía hecha por el aceite, el trigo y el vino; enriqueciéndose gracias a las aportaciones de Oriente, el Nuevo Mundo y –por supuesto- Europa. Es a partir del Renacimiento, que va incorporando influencias mediterráneas procedentes de culturas como la francesa, italiana y árabe con su aromática provenzal.

Casera, creativa y de tradición, los platos catalanes están hechos con productos frescos, de temporada, locales y de calidad; es por ello que comer un buen menú no requiere necesariamente un gasto excesivo. Cabe recordar que Cataluña, ofrece a propios y visitantes una buena variedad de restaurantes típicos e internacionales, para todos los gustos y presupuestos.

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Podemos dividirla, a grandes rasgos, en cocina de montaña y del litoral (marinera), protagonizada por el uso del pescado muy a menudo acompañado de arroz (en variantes de la Paella Valenciana) o con fideos (Fideuà). El otro rasgo, es la llamada cocina burguesa, propia de las grandes ciudades, donde priman la reelaboración de platos tradicionales y la cocina internacional.
Los productos básicos de la tradición culinaria de Cataluña son las hortalizas, el pimiento y la berenjena, la cebolla, el ajo y el tomate. Legumbres como las habas y los guisantes, las alubias y los garbanzos. La fruta no puede faltar como postre o como acompañante, al igual que los frutos secos: avellanas y almendras.

Definitorios son el All-i-oli (ajo-aceite) y el Romesco, salsas básicas y características de esta comunidad española, junto con el Sofrito. Mención especial para la Picada; una rica mezcla de ajo, almendras fritas, perejil, pan y piñones que se añade a diferentes guisos.

Son muy tradicionales los platos preparados con distintos tipos de setas. Los embutidos merecen su capítulo aparte y mención especial debe darse –por su singularidad- al Pa amb Tomàquet (pan con tomate): Pan de payés refregado con pulpa de tomate, aliñado con ajo, aceite y sal… entrante perfecto!

El marisco es muy utilizado en la culinaria catalana, primero en tapas como entrantes y aperitivos, en raciones generosas y preparados de manera sencilla. Luego, para formar parte de diferentes tipos de platos, con legumbres o con carnes (el llamado Mar i Muntanya). Esto es gracias a que tiempo atrás las almejas y los mejillones, entre otros, eran baratos y así podían ser usados para “alargar” los platos.

Tradición de arroces, carnes y mariscos…

Productos únicos y excelentes, platos como la escalibada, el empedrat, los calçots, las mil formas de preparar el conejo, los fesols, las setas… También son frecuentes los platos de pasta (introducida por los árabes) cuya forma más común y utilizada es de fideo fino, del tipo cabello de ángel.

Los Calçots, muy propios del final de invierno e inicio de la primavera, son una variedad de cebolletas especiales que se asan directamente sobre la brasa, aderezadas con una salsa especial (muy parecida al romesco) y se comen con la mano como entrante… Mientras que en la brasa se preparan carnes y pescados.

En Cataluña abundan las recetas con pescado –que suele ser de agua salada-: Sopas de arroz, el pescado en filete suele ser frito pasado por harina o a la plancha, las sopas no pueden faltar en invierno, las sardinas (especialmente las pequeñas) y el atún están a la orden del día.

Pero no sólo de pan vive el hombre… la tradición vinícola de Cataluña ha sido reconocida desde épocas romanas. Las zonas del Penedés, Alella y el Segre son grandes productoras de diferentes variedades, donde cabe resaltar la Cava del Penedés, elaborada desde siempre con el método “champenoise” francés sin perder su identidad.

Para acompañar las comidas no pueden faltar los dulces y pasteles cuyas variedades suelen estar relacionadas con el ciclo litúrgico anual: Monas de pascua, crema de San José, cocas de San Juan y turrones para Navidad.

Innovación culinaria

La cocina catalana es valorada actualmente en todo el mundo no sólo por su tradición, como lo hemos mencionado antes, también por su aporte en innovación y platos que ya son reconocidos en todas partes.

Barcelona es reconocida por su cantidad y variedad de restaurantes, cuenta en total con nueve estrellas “Michelín” y es la “Mejor Ciudad Gastronómica del Mundo” según la MSNBC (USA) .

Una tradición reconocida que logra innovar en sus ingredientes y preparaciones, hablamos del reconocidísimo restaurante “El Bulli” de Ferrán Adriá. Una tradición reconocida por su exquisitez, como es el caso de “Can Fabes” de Santi Santamaría, que no deja de cuidar la presentación. Dos de los mejores restaurantes, dos muestras de la gran tradición culinaria catalana… placer para los sentidos!