Kilómetros de costa sobre abruptos acantilados en el Mediterráneo

Destino vacacional de primer orden, la Costa Amalfitana, con sus 50 kilómetros de costa, ofrece al turista bellos paisajes y monumentos, pero sobre todo relax y desconexión del ajetreo urbano.

costa amalfitana
Atardecer en la costa amalfitana
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Integrada por hermosos municipios que se asoman al mar en abruptos acantilados como Amalfi, Ravello o Positano, esta región italiana tiene el aval de ser considerada Patrimonio de la Humanidad.

Bañada por el mar Tirreno, la Costa Amalfitana italiana abruma a quien la visita. Su fuerte personalidad, la cordialidad y sentido del humor de sus gentes, la belleza de sus paisajes y sus bellos monumentos no dejan indiferente a nadie. De alto interés turístico, todos los municipios que conforman los alrededores del Golfo de Salerno fueron declarados por la Unesco, como Patrimonio de la Humanidad. La jet set norteamericana de mediados del siglo XX la popularizó como destino vacacional de primer orden, aunque ya lo fue desde la época del Imperio Romano. No en vano cuenta con más de 50 kilómetros de costa que recorre varios pueblos. En el siglo IX llegó a alcanzar el estatus de República Marítima y, junto a las de Pisa, Venecia y Génova rivalizaron por controlar todo el Mare Nostrum.

Las localidades que la integran (junto a Amalfi, Cetara, Atrani, Conca dei Marini, Vietri sul Mare, Maiori, Furore, Minori, Praiano, Positano, Ravello, Tramonti y Scala) hasta su llegada al mar conforman un atractivo mundo aparte donde poder desconectar del mundanal ruido, sin duda. El visitante tiene una buena opción de descubrir toda la costa a través de la carretera 163, que serpentea estos municipios mientras admira espectaculares vistas de pequeñas playas de mar azul intenso y acantilados abruptos.

Ciudades como Amalfi y Ravello albergan obras arquitectónicas y artísticas notables. El casco histórico de Amalfi se arracima, en un prodigioso equilibrio, junto a su puerto. La localidad da nombre a la Costa Amalfitana, y en la Catedral de San Andrés (siglo IX) y el Claustro del Paraíso (siglo XIII) yacen sus hijos más ilustres. En su cripta se descubren los restos de San Andrés apóstol, hermano de Simón Pedro. Amalfi también es célebre por su producción de limoncello. Ravello, a 300 metros sobre el nivel del mar, se sitúa sobre un promontorio rocoso y cuenta con uno de los hoteles más bellos del todo el Mediterráneo: el Palazzo Sasso. De aire morisco, garantiza unas vistas sobrecogedoras. Tiene un restaurante con dos estrellas Michelin. Esta localidad embrujó a Bocaccio, a Verdi y a Richard Wagner. De entre sus más destacadas atracciones cabe destacar Villa Rufolo, construida en el borde de un acantilado sobre la costa , y Villa Cimbrone, popular por su Terraza del infinito, balcón con vistas inigualables de toda la costa y el golfo.

Positano es otro de los lugares más atractivos de la región transalpina y tercer destino turístico en importancia de la Costa Amalfitana. Su ubicación, también encaramada entre los acantilados, ha provocado que no existan calles convencionales en su interior, sino estrechos callejones formados por pequeñas escaleras. Otros municipios con encanto son Cetara o Praiano, pueblos con un encanto especial y aroma a tradición.

Como destino turístico de primero orden, la Costa Amalfitana cuenta con una oferta hotelera amplia y de calidad diseminada por sus localidades. Hay hoteles en los que se puede conseguir una habitación para pasar la noche desde los 65 dólares, como el Fontana en Amalfi o el Europa, en Minori. También es importante y cuantiosa la oferta de otro tipo de alojamientos como los Bed & Breakfast.