Las maravillas que esconde la Costa Dálmata

Repleta de historia y surcada por las aguas del Mar Adriático, la Costa Dálmata emerge como destino turístico de exquisita belleza. Cuenta con hermosas ciudades como Split, Zadar o Sibenik, llenas de monumentalidad y dignas de ser incluidas como Patrimonio de la Humanidad. Pero también dispone de largas playas y parques naturales

costa dalmata
Faro Stoncica, Croacia
Foto cortesía de lorenzinhos - flickr.com

La región de Dalmacia, en pleno Mar Adriático, cuenta con ciudades y pequeños poblados de pescadores, por donde alguna vez pasaron los griegos, romanos, bizantinos, francos y venecianos. Merece la pena que el turista viaje a la zona para rememorar la historia y disfrutar de un mar salpicado de islas, parques y playas que se extienden sobre una superficie que abarca los 120.000 kilómetros cuadrados. El visitante también puede extasiarse contemplando la majestuosidad de los restos que todavía perduran del Palacio de Diocleciano en la ciudad de Split, la segunda más importante de Croacia, o disfrutar de una terraza de la plaza renacentista de la República Croata, en Sibenik, una de las más bellas de todo el Viejo Continente. La Costa Dálmata dispone de un paisaje todavía intocado y limpio que invita a ser explorado en cualquier época del año.

Split llama la atención, sin duda, por todo cuanto se conserva del palacio del antiguo emperador romano en la parte vieja de la ciudad (siglo IV después de Cristo). A su alrededor se encuentran todos los edificios y monumentos importantes de la ciudad. Lo recomendable es su visita después de haber caminado a lo largo del espacioso Paseo Marítimo. Después hay que admirar la Catedral, subir a su campanario, gozar del Mausoleo del Emperador y recorrer las plazas Narodni, Vocni y Gaje Bulata.

Zadar destaca por los restos de columnas romanas que una vez hicieron glorioso el foro de la ciudad y sobre el que se erige la iglesia San Donato. El cineasta Alfred Hitchcock aseguró en su día que en esta urbe había admirado los mejores atardeceres de su vida. El Monumento al Sol, que se ilumina durante la noche mientras a sus pies las olas penetran en unas escalinatas y hacen sonar un órgano, acompaña los inolvidables atardeceres sobre el Adriático en la ciudad de Zadar. Resulta recomendable, si se dispone de tiempo, organizar una excursión a la isla de Pag, frente a a las costas de Zadar. Su puerto está repleto de embarcaciones de recreo y pesca.

Por su parte, la ciudad amurallada de Trogir, Patrimonio de la Humanidad, cuenta con un legado monumental y arquitectónico de excepción. Mientras, Sibenik es una urbe repleta de iglesias, catedrales y palacios gótico venecianos. Sobresalen aquí, el Museo de la Ciudad y la Catedral de San Jacobo, declarada por la Unesco, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Son tantas las bellezas que esconde la región dálmata que permiten hablar de Dubrovnik, la joya del Adriático, en un capítulo aparte.

Si se organiza bien, el viajero puede disfrutar de una estancia económica en su visita a la Costa Dálmata. Por ejemplo, una familia puede alquilar un pequeño apartamento con cocina en el pueblo de Omis por unos 43 dólares diarios. No obstante, merce la pena visitar uno de los mejores hoteles de la región, el Le Meridien Lav, en Split. Tiene magníficos jardines y habitaciones con vistas al puerto náutico y a las playas de alrededor.