La Aurora boreal maravilla y cautiva con sus colores y magnificencia

La aurora boreal se puede disfrutar de madrugada, donde su peculiar luminiscencia adopta sinuosas formas y diferentes colores sobre el horizonte tras chocar contra la superficie helada

Aurora Boreal
Aurora Boreal - Espectáculo de magnetismo y colores en los extremos del planeta

La aurora boreal es un fenómeno natural que cautiva a los aventureros de todas partes del mundo, pues la belleza con que se manifiesta es simplemente perfecta

La diosa romana del amanecer nunca podría haber imaginado que daría nombre a uno de los fenómenos naturales más hermosos que la retina del ojo humano puede capturar, la aparición de la bellísima aurora boreal. Muchos de los que anhelan verla deciden emprender un viaje hacia los Polos, donde ésta aparece, pudiendo así contemplar en vivo las sinuosas formas que adopta sobre el horizonte.

Visible de octubre a marzo, la aurora es un acontecimiento natural en forma de brillo o luminiscencia que aparece en el cielo nocturno de las zonas polares cuando un haz solar choca con la superficie helada de la magnetosfera terrestre. Produce de esta forma una luz difusa pero predominante proyectada en la ionosfera. Para que luzca tan especial no basta con un haz solar, sino que necesita de los diferentes gases que componen esta capa terrestre transforman los destellos en una rica paleta de colores rojo, verde, azul y violeta.

Cuando el mismo fenómeno se da en el Polo Sur se denomina aurora austral. Estos fascinantes resplandores del norte irradian tal magnetismo que pueblos como los esquimales, consideran que son senderos estrechos y peligrosos que conducen a las regiones celestiales y advierten de la llegada de los nuevos espíritus.

De madrugada, y si la suerte acompaña al viajero cuando llega a su destino, aunque no se dé en la primera noche el cielo se puede llenar de arcos, espirales y rayos de luz que ondean a lo largo del encapotado horizonte, de este a oeste en un inigualable espectáculo que puede ser fugaz o durar varias horas. Aparte del propio hemisferio norte, el viajero tiene la opción de disfrutar de la contemplación de la aurora boreal desde varios puntos diferentes del planeta, como Alaska, Canadá, Groenlandia, Islandia, Noruega, la Laponia finlandesa, Siberia o el Círculo Polar Ártico. Según los expertos, lo más recomendable y donde se tiene una mejor perspectiva para divisar el fenómeno es en las tierras americanas del norte.

Aunque bien es cierto que la mayoría de turistas que viajan a Alaska casi nunca consiguen ver una aurora porque la visitan en verano, cuando el cielo no suele encontrarse lo bastante oscuro, en el momento oportuno se encontrarán con un estado aislado geográficamente y de climatología extrema, que permite disfrutar de unos paisajes únicos y especiales. Además, el visitante puede conseguir habitación en algún hotel de Alaska a precios bastante asequibles, desde los 62 dólares la noche.

Otro de los emplazamientos únicos para disfrutar de la aurora boreal es hacerlo en la Laponia finlandesa, lugar en el que el viajero puede vivir una experiencia sin igual alquilando un iglú con vistas al fenómeno para pasar la noche. Si se opta por esta alternativa se debe contactar con el Hotel Kaksauttanen.

Tampoco resulta barato concertar un viaje organizado con alguna agencia que ponga rumbo a la región lapona de Luosto que, según el observatorio geológico de la zona, tiene más de 200 noches por año en las que aparecen las luces del norte. El recorrido se completa con la visita a la aldea de Santa Claus, con estancia en el hotel Aurora Chalet. Este establecimiento ofrece un servicio de alarma de auroras, que avisa al cliente telefónicamente si surgen los bellos resplandores en cualquier momento de la noche.

La aurora boreal está en constante transformación debido a la variación de la interacción entre las ráfagas de viento solar y el campo magnético de la Tierra. El viento solar suele generar más de 100.000 megavatios de electricidad y logra producir una aurora, lo que puede motivar a su vez interferencias con las líneas eléctricas, emisiones radiofónicas o televisivas y comunicaciones vía satélite.