El exotismo que desprende una ciudad alejada de la modernidad: Ulán Bator

En lo más recóndito de la estepa asiática aparece un país, Mongolia, y en él su capital, Ulán Bator, una de las urbes más frías del mundo. Aun así destaca de la ciudad su arquitectura soviética aderezada con edificaciones tibetanas y budistas. Su exotismo bien merece la pena viajar para descubrirla

Ulan Bator
Palacio de Bogd Khaan, Ulan Bator, Mongolia

Situada en medio de un valle y envuelta por completo de bellas montañas, sobresale, a más de un kilómetro por encima del nivel del mar, una de las ciudades más frías del mundo. Ulán Bator, capital de Mongolia, conserva una imponente arquitectura de estilo soviético adornada con toques orientales, como así lo demuestran sus edificaciones tibetanas y budistas.

Su conjunto monumental es, quizás, el principal atractivo de la ciudad, único reducto de cierta modernidad dentro de un país espeso y poco acogedor. Como una isla propia se encuentra alejada de los modos de vida y costumbres rudimentarias del resto de Mongolia. Pero esta peculiaridad y el exotismo oriental que emana le confieren una atracción difícil de ser rechazada por el viajero.

El inicio del recorrido del turista puede comenzar por la conocida Avenida de la Paz, que discurre por el lado sur de la plaza central Sükhbaatar. Desde aquí se llega al mercado central, zoco humano de la capital en el que abundan los accesorios relacionados con la vida nómada mongola y otros productos típicos artesanales que el visitante puede adquirir.

El arte y la historia también reclaman la atención del visitante. En concreto los museos de Ulán Bator, como el de Historia Natural, que tiene fósiles de dinosaurios y piezas de meteoritos halladas en el Desierto de Gobi, el de Historia del país que rememora el esplendoroso pasado del Imperio Mongol y Genghis Kahn, o el Zanabazar de Bellas Artes. De entre los monasterios, no menos de destacada factura, merece la pena visitar el de Gandan y, en especial, el de Choijin Lama, uno de los más antiguos que además cuenta con la gran estatua de oro de Migjid Janraisig, de 25 metros de altura.

Una de las opciones más interesantes para visitar Ulán Bator es poder hacerlo mediante el Transmongoliano, una extensión férrea del mítico Transiberiano que llega hasta el país asiático. Se trata de una extensa ruta de 9.000 kilómetros de distancia repleta de sorpresas para el viajero, ya que atraviesa paisajes tan variados como desiertos, lagos, tundras, zonas boscosas, montañas y lugares tan populares como el espectacular, inhóspito y árido desierto de Gobi o la estepa de Mongolia donde conviven tribus nómadas. Sin duda, se convierte en toda una experiencia en la que se pueden avistar parajes únicos desde la ventanilla del tren.

La oferta de alojamiento que existe en Ulán Bator no es muy amplia. De entre la que hay, la mejor posibilidad para el visitante pasa por descansar en algún hostal o motel como los de UB Guesthouse, Nassan, Gobi Travel, Radiant-Sky o Khongor. Una vez en el país se pueden contratar paquetes que incluyan alojamiento, vehículos para desplazarse, combustible, guías, comida y atracciones como montar a caballo o en camello a precios muy económicos si se sabe negociar o se viaja en grupo.