Moscú, la gran capital europea que jamás decepciona

La capital más grande del mundo esconde un enorme baúl de tesoros arquitectónicos y museísticos que resultan imposibles de decepcionar al turista más curtido.

atardecer en moscu
Atardecer en Moscú
Foto cortesía de Anaderi (flickr.com)

Moscú, ciudad estructurada en círculos cuyo centro neurálgico es el Kremlin, se abre al viajero como la capital más grande del mundo con sus 40 kilómetros de este a oeste y sus 60 km de norte a sur.

Emplazada a orillas del río Moscova y rodeada de colinas, tiene a la Plaza Roja como principal reclamo turístico. Escenario de desfiles y festejos, aquí se puede visitar el mausoleo de Lenin o la catedral de San Basilio con sus cúpulas bulbiformes (siglo XVI), entre otros edificios de gran interés.
El Kremlin simboliza el núcleo de poder del Estado. Antigua fortaleza de los zares, este recinto amurallado de dos kilómetros alberga en su seno el Palacio de los Placeres, el Campanario de Iván el Terrible, el Fondo de Diamantes, el Palacio de Congresos, el Zar de los Cañones, la catedral de los Doce Apóstoles o el Senado y el Arsenal, entre otros inmuebles.
La ciudad sigue viviendo de su historia y pasado comunista, aunque se occidentaliza progresivamente cada año que pasa. Y es que es, quizá, la ciudad más cara del planeta.

Antes de disfrutar de tal cantidad de edificios que visitar, lo mejor para el turista es darse un paseo por las calles moscovitas. Puede adentrarse en el Kitai Gorod, el barrio más antiguo de la ciudad. Los alrededores del Kremlin acogen otro lugar de enorme interés: la Plaza Teatral con su teatro Bolshoi, uno de los más célebres del mundo. Catedrales, palacios y edificios gubernamentales se extienden por todo Moscú, un sinfín de posibilidades enriquecedoras para todo visitante.
Lo mejor para moverse en una ciudad tan extensa es el metro, sin duda. Además, cada estación subterránea está decorada de una manera distinta y algunas de ellas parecen palacios. Siete rascacielos levantados durante la etapa stalinista (los Siete Hermanos) también despiertan el interés del visitante. Uno de ellos aloja la Universidad Lomonosov, en otro se ubica el hotel Ucrania (uno de los más grandes de Europa), el Ministerio de Asuntos Exteriores, viviendas, etc. Monasterios de indudable valor histórico como el Laura de la Trinidad San Sergio o el Novodévichy, ambos declarados , completan una Moscú inabarcable y sobre todo preciosa.

La cultura, en forma de museos, también tiene su espacio en la capital rusa. Y no pequeño. Más de 300 museos y 80 galerías de arte tiene a su disposición el turista. Los más importantes: Museo de Artes Plásticas de Pushkin, museo de las Revoluciones, de Gorki, Puskin, Tolstoi,etc. Los amantes del shopping pueden elegir entre unas 800 marcas de vodka, licor espiritual patrio, o productos típicos del país como las populares matrioshkas o muñecas rusas, el caviar o las balalaikas. La calle Arbat cuenta con numerosos comercios que venden estos productos. Aunque para centros comerciales, en plena Plaza Roja se localiza el GUM, uno de los mayores del mundo.

En una capital tan poblada como Moscú (más de 10 millones de habitantes), la oferta hotelera es amplísima. El viajero se puede encontrar de todo: Desde los establecimientos en los que no funciona el agua caliente hasta grandes hoteles donde no falta nada. Uno de ellos es el famoso Marriot. Cuenta con casi 400 habitaciones y todo tipo de comodidades. Mejor no preguntar el precio. Resulta más cómodo y más importante, barato, realizar la reserva a través de agencias de viaje especializadas.